El término KPI (Key Performance Indicator) hace referencia a los Indicadores Clave de Rendimiento. Su aplicación se ha extendido a la práctica jurídica como una herramienta esencial para la evaluación y mejora continua de los procesos y servicios legales. En el contexto legal están diseñados para facilitar la toma de decisiones estratégicas, optimizar recursos, mejorar la satisfacción del cliente, y, en última instancia, incrementar la efectividad de los servicios jurídicos prestados.
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